La historia es la representación de la memoria y no hay nada peor que te obliguen a olvidar. Las nuevas tecnologías nos dan la oportunidad de conocer una historia, hasta ahora, desconocida para muchos y que sólo están presentes en la tradición oral en algunos casos.
La historia de África empezó, para muchos de nosotros según estudiamos, a raíz del periodo del Nuevo Imperialismo, la expansión colonial y la repartición del continente por las potencias europeas. Fue como el nacimiento de un nuevo continente o la continuación de otro “más poderoso”. De repente, el continente que fuera cuna de la humanidad empezó a escribir su historia. Pero no fue su historia. Los países firmaron la repartición colonial como si fueran raciones de comida, sin tener en cuenta los factores culturales, sociales, o económicos de la región. Llegó el hombre civilizado, arrasándolo todo, imponiendo su superioridad de raza, deshumanizando a todos aquellos a los que se encontraban, obligándoles a olvidar su historia para aprender la que, a partir de ese momento, era la historia de su nuevo país.
Incluso desde la buena intención de ayudar se ha hecho sin contar con ellos extendiendo una propaganda peligrosa de caridad hacia el africano pobre y dependiente de Occidente.
¿De verdad un continente con 20 Premios Nobel de la Paz necesita ser salvado?
Senegal está coordinando un proyecto para ser el nuevo pulmón verde del planeta con una gran barrera de árboles y arbustos de 7mil kilómetros. En Kenia el 50% de la energía proviene de energías renovables mediante la actividad hidroeléctrica. 5 países han firmado para llevar a cabo un Súper parque Natural que será la mayor reserva biológica del continente y la 2º del mundo detrás del Parque Natural de Groenlandia.
Hemos convertido el continente más rico en cuanto a materias primas en un expolio constante, sangrando hasta la última gota de sus tierras provocando la desertización de muchas zonas. Los países africanos reciben aproximadamente unos 19.000 millones de dólares de ayudas mediante donaciones, pero más de tres veces ese importe (68.000 millones de dólares), escapa en fuga de capitales gracias a las multinacionales que allí trabajan privatizando unos recursos naturales ya que ellos no saben gestionar sus recursos al máximo; petróleo, estaño, oro, plata, diamantes, coltan… Galerías de más de 100 metros de profundidad, sistemas de ventilación inexistentes o basados en bombas manuales de refresco del aire y falta de equipamiento adecuado; la roca se pica con martillo y cincel, con las manos desnudas, y se respira el polvo en suspensión de las galerías. La mayoría de los accidentes no se producen por fallos humanos, sino por desprendimientos de tierra y roca durante la estación de las lluvias, que golpean y sepultan a los mineros. Estos minerales y su obtención son los que provocan los conflictos armados.
Las políticas comerciales dan como resultado que los bienes agrícolas sin procesar a menudo se exporten de países africanos para ser refinados en otros países, lo que causa que la mayor parte de su valor se obtenga fuera.
Pero África no solo es rica en recursos, lo es a nivel cultural. A veces hablamos de ella como si fuera un único país y son 54 países con más de 2000 lenguas. Diferentes religiones animistas o locales que cuentan con espíritus que habitan en la naturaleza, espíritus ancestrales fundadores de la familia, espíritus que ayudan a un Dios o creador. Está llena de danzas que marcan la recolección, las uniones, los nacimientos, los funerales. Percusiones con una carga cultural muy importante en cada golpe mostrando su riqueza folklórica. La música ha sido para el continente la manera que han tenido de contar su vida. Cuando estaba prohibido tocar música bajo el sistema del apartheid, los mineros usaban sus botas de goma como instrumentos mientras danzaban simultáneamente creando así la danza gum boot.
África siempre ha sido capaz de mantener sus tradiciones pese a todos los intentos de Occidente para que olvidara. Han sido capaces de mantener sus raíces, su historia. Cuando empecé a conocer África y a leer sobre mujeres africanas, cuando descubrí a Hawa Abdi, Bogaletch Gebre, Leymah Gbowee, Nawal El Saadawi, descubrí, aparte de unas historias increíbles de lucha, un increíble amor por sus paises y por cambiar lo que gobiernos extranjeros trajeron consigo. Modernizar tradiciones que mantuvieran viva parte de su cultura. Descubrí mujeres que cambian el mundo cada día sin renunciar a su esencia, desde la educación y con la comunidad. Descubrí mujeres capaces de dejar a un lado las diferencias que les da la creencia en diferentes religiones y unirse por un bien común.
Un proverbio nigeriano dice así;
“Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las historias de caza siempre glorificaran al cazador”
Hay grandes historias africanas esperando a ser contadas, hay grandes mujeres haciendo aún más grande su continente. No hay nada que enseñar, solo mucho que aprender.
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