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  • Foto del escritorKiara

Kanamara Matsuri o fiesta del pene

Mientras en España las mujeres que protestaron de manera pacífica y original mediante la procesión del Coño Insumiso fueron llevadas a juicio por un grupo de abogados cristianos acusadas de delito contra las creencias religiosas y otro de provocación al odio (la de cosas que provoca una vagina oiga) en Japón celebran anualmente el Kanamara Matsuri que es una tradición religiosa sintoísta donde se venera el miembro fálico como símbolo de fertilidad. Se ha convertido en una tradición con un tremendo atractivo turístico que llena las calles con unas 500,000 personas de diferentes edades cada año. Se lleva a cabo anualmente en Kawasaki en el santuario de Kanayama (que fue creado para atraer la fertilidad) el 1º domingo de abril. Simboliza la protección contra las ETS, pero también una mayor fertilidad y armonía sexual en una pareja.

La tradición remonta al Japón medieval y la leyenda contaba que un demonio con dientes afilados se escondía en la vagina de una doncella. Durante las noches de boda con la joven, el demonio castraba a los hombres que intentaban desposarla; hasta que un herrero decide diseñar un falo de hierro para romper los dientes del demonio. El demonio salió a esconderse y el herrero se casó con la doncella viviendo felices por siempre.

Pronto las prostitutas, o geishas, pedían al herrero un gigante pene de metal para ofrecer al diablo durante los primeros días de abril. Las prostitutas siguieron con esta tradición para alejar las ETS.


El festival, además del ambiente alegre y lleno de vitalidad, es un espacio de mucha tolerancia y respeto, es completamente inclusivo. Miles de personas recorren el templo en una procesión presidida por 3 esculturas de falos gigantes, el más importante, metálico, es transportado en un «Mikoshi» de madera, una especie de altar o capilla que se alza en hombros por voluntarios. Al mikoshi con el falo metálico, le sigue uno de madera y no hace muchos años, se le unió un falo de color rosado que fue donado por la asociación de travestis «Elisabeth», quienes tenían una gran amistad con el monje del santuario. El «Mikoshi Elisabeth» siempre es transportado por un grupo de personas transgénero y algunas mujeres. Todo gira en torno al pene y se venden todo tipo de productos, desde chucherías a verduras talladas en forma fálica.




2 maneras muy diferentes de tratar las procesiones genitales. Japón como ejemplo de modernidad frente a una rancia España.

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