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Elizabeth Cady Stanton; y empezó el movimiento feminista en EEUU


"La prolongada esclavitud de las mujeres es la página más negra de la historia humana" Esta frase es de Elizabeth Cady Stanton, activista estadounidense, abolicionista y figura destacada del movimiento feminista de EEUU, precursora de los movimientos organizados de derechos de la mujer y sufragio femenino.


Elizabeth Cady nació el 12 de noviembre de 1815 en Johnstown (Nueva York), de padre magistrado que mostró abiertamente el descontento de haber tenido una hija. Fue la octava de los once hijos de Daniel Cady y Margaret Livingston. Estudió griego, latín, matemáticas, lógica y filosofía. Stanton leía libros de derecho bajo la tutela de su padre y, desde temprano, descubrió su vocación como reformadora de leyes vigentes para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres. Entró pronto en contacto con movimientos de abstinencia de bebidas alcohólicas y antiesclavistas. En uno de ellos conoció al que sería su esposo Henry Brewster Stanton, periodista antiesclavista. Contrajeron matrimonio en 1840 bajo petición de que se omitiera en la ceremonia el voto que dictamina obediencia por parte de la mujer al hombre. Elizabeth era consciente de que las mujeres eran víctimas de discriminación legal y tomó la decisión de comprometerse activamente en el reconocimiento de los derechos de las mujeres. A diferencia de muchas personas involucradas en el movimiento de derechos de la mujer, Stanton abordó una serie de cuestiones relativas a las mujeres más allá de los derechos de sufragio. Sus preocupaciones incluyeron los derechos parentales y de custodia de las mujeres, derechos de propiedad, derechos de empleo e ingresos, leyes de divorcio, la salud económica de la familia y control de la natalidad. El mismo año de su matrimonio, viajó con su amiga Lucretia Coffin Mott a Londres como delegadas a la Convención Mundial en contra de la Esclavitud. Las delegadas americanas del movimiento abolicionista que acudieron a la Convención fueron obligadas a permanecer detrás de una cortina, dado el rechazo que muchos varones del movimiento mostraban ante la implicación de mujeres en su lucha. Esta humillación marcó el inicio de la separación entre el movimiento antiesclavista -en el que hasta entonces habían participado en primera línea numerosas mujeres- y el movimiento feminista que comenzaba a tomar fuerza. En 1848, junto a Lucretia Coffin Mott, organizó la primera asamblea en defensa de los derechos de la mujer en Seneca Falls (Nueva York). Para el congreso, redactó una Declaración de Sentimientos, donde exigía el derecho al voto para la mujer. Las ideas que se utilizaron para reivindicar la igualdad de los sexos eran de corte ilustrado: se apeló a la ley natural como fuente de derechos para toda la especie humana, a la razón y al buen sentido de la humanidad como armas contra el prejuicio y la costumbre (algo que nos recuerda Celia Amorós cuando dice que el feminismo pide lo genéricamente humano). Su Declaración de sentimientos, presentada en la primera convención de derechos de la mujer es a menudo acreditada como el inicio de los movimientos organizados de derechos de la mujer y sufragio femenino en los Estados Unidos. El texto partía de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y variaba sus términos en lo que a derechos fundamentales de la mujer se refería, como ya hubiera hecho medio siglo antes en Francia Olympe de Gouges con la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano. En esencia, las mujeres que firmaron la Declaración de Sentimientos de Seneca Falls, querían poder votar y ser votadas en unas elecciones, participar de la vida pública y acceder a la misma educación que los hombres de los que pedían poder desligarse legalmente, ya fueran los padres o los maridos. Al terminar la Guerra de Secesión, Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony protagonizaron un conflicto en el seno del sufragismo norteamericano, porque se negaron a apoyar las enmiendas de la Constitución que reconocían derechos políticos a la población afroamericana mientras se siguiera negando a las mujeres blancas y negras esos mismos derechos.

En la época en que vivió, estaba mal visto que las mujeres mostrasen su embarazo en público, permaneciendo todo ese tiempo “confinadas” en el hogar. Cuando en 1859 nació Henry, su séptimo hijo, izó en su honor una bandera en su casa en Seneca Falls. Con esa bandera quiso demostrar la importancia de su maternidad y, a pesar de las críticas, defendió, con la misma seguridad, un cambio en la visión y derechos de la mujer en la sociedad de su tiempo. También luchó por el derecho de la mujer casada a tener propiedades (en esa época sólo las mujeres solteras gozaban de ese privilegio), como medida de seguridad frente a la pobreza. El papel de esposa y madre lo consideraba vital y, por lo tanto, debía tener las mismas ventajas legales y financieras que el papel de marido y padre.

Elizabeth Cady fue presidenta del National Women Suffrage Association, también de la American Women Suffrage, y de la Conferencia Internacional Femenina de Washington. Fue cofundadora de la revista semanal “Revolution” en el año 1888. En 1895 escribió “La Biblia de las mujeres”, estudio del sexismo en el Antiguo Testamento y fue coautora de los 3 primeros volúmenes del “Historia del sufragio femenino”.

La vida de Elizabeth Cady Stanton fue la de una luchadora incansable en favor de los derechos femeninos que, sin embargo, no pudo ver con sus propios ojos la aprobación del sufragio femenino. Elizabeth fallecía de un ataque al corazón el 26 de octubre de 1902, dieciocho años antes de que las mujeres pudieran votar.

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