La historia de Dominica es el ejemplo de una de las muchas mujeres que fueron asesinadas en uno, de los que se reconoce, fue el mayor femicidio de la historia. Una masacre por la cual, la Iglesia Católica, pidió perdón hace unos años; la persecución y asesinato de brujas durante la Edad Media.
En un momento de la historia en el que se alentaba a la concepción porque la peste negra diezmó 1\3 de la población, estas mujeres proveían de hierbas abortivas y anticonceptivas a sus congéneres. Los médicos sólo atendían en la corte por lo que estas mujeres, con conocimientos medicinales de las plantas, ejercían de sanadoras para el pueblo.
Como secuela a la peste sobrevino el derrumbamiento del sistema feudal a causa de la pérdida de esclavos lo que afectó, en mayor medida, a la Iglesia que poseía el 30% de las tierras y vivía de los impuestos.
A fin de repoblar había que procrear sin límites como deber ante Dios. Con esta medida, Europa, dobló la población en 2 siglos por lo que en 1750 ya no hacía falta seguir con la caza de brujas.
El Canon Episcopal se incluyó en los códigos medievales del derecho canónico y condenaba la brujería (el que una mujer supiera leer ya se consideraba que había entregado su alma al Diablo). No se conocen cifras exactas pero se calculan 60000 mujeres ( después de la peste, la población era de 50 millones aprox frente a los 743 millones de ahora), que como hemos dicho, ejercían de comadronas, herboristas y sanadoras acusadas por sus vecinos cuando perdían las cosechas o la hambruna o peste acababa con los niños.
Entre esas 60000 mujeres estaba Dominga Ferrer, comúnmente conocida por Dominica la Coja. Una mujer de Pozán de Vero (Huesca) que pasó de ser una partera con fama de curandera a una bruja adoradora del Diablo. Era una gran conocedora de las plantas medicinales de la zona con las que aliviaba reumas, dolores estomacales y otras enfermedades leves a sus vecinos. Estos vecinos acabarían jurando haberla visto extraer veneno a sapos y culebras para provocar desgracias a la gente. Incluso que untándose un ungüento en las axilas esta podía volar.
A mediados de 1534 crearon los Cortafueros para poder juzgar de brujería sin pruebas, bastaba con la palabra para juzgar y condenar. Tras ser sometida a tortura confesó. Cabe recordar que estas torturas eran arrancarles piel para ver las marcas, semiahogamientos y latigazos ante los cuales cualquiera confesaríamos lo que fuera. Dominica fue entregada a la inquisición de Zaragoza donde se le acusó de matar niños, volar y agriar el vino. Fue ajusticiada a la horca pero su estado era tal que no fue consciente de que la estaban colgando.
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