La historia de la violación es una historia de humillación sobre una mujer que no es considerada un ser humano como los hombres sino una “cosa”, una propiedad.
En las sociedades tribales, se comerciaba el uso del cuerpo de la mujer como el de las tierras y el del ganado. La violación constituía un arma eficaz para marcar su propiedad ante los ojos de todos, o también, para humillar a un pueblo enemigo.
Hace 4000 años, el código de Hammurabi condenaba la violación de una virgen a la pena de muerte. En el caso de una mujer casada, el crimen resultaba un simple caso de adulterio. El violador y su víctima compartían la culpa por igual. Sin embargo, el marido tenía la potestad de ahorrar a su esposa la pena de muerte, concediéndole su perdón. Si no, se la ahogaba junto al violador.
En casi todo el mundo se seguía una especie de código por el que aceptar si era violación o no. Si la violación se hacía dentro de los muros de la ciudad, el jurado patriarcal religioso de la época, consideraba que era obligación de la mujer gritar para pedir ayuda y de esta manera alguien hubiera ido a socorrerla evitando la violación. (Algo que después de 4000 años sigue pensando la gente…) Si la violación seguía adelante y era denunciada ante la “justicia” los 2 serían lapidados públicamente. La cosa era diferente si ocurría fuera de los muros que entonces ya consideraban que claro, por mucho que gritara nadie la oiría… En este caso, el autor de la violación debía pagar al padre el precio justo de la virginidad de su hija y luego casarse con ella. Si el violador no podía pagar estas exigencias, se le lapidada y el padre obtenía el derecho de violar a la esposa o a la hija del agresor. A su vez, la virgen marcada era cedida como concubina o también, vendida a un hombre demasiado pobre para proporcionarse una virgen. Recordamos que si la mujer violada era casada se le acusaba de adulterio.
En la Antigua Roma o Grecia, las violaciones no eran un asunto de Estado y por tanto este no debía involucrarse. Si disponías de dinero tenías posibilidad de vengarte.
Hasta el siglo XV, el rapto y la violación eran hechos completamente “aceptables” para apropiarse de una esposa. Al violar a una virgen, el hombre se atribuía para siempre su uso exclusivo. A cambio de su fidelidad y de su sumisión, el violador le garantizaba la protección contra los otros hombres.
En algunas sociedades, castigaban a las mujeres rebeldes entregándolas como pasto a los hombres del pueblo. Después de que todos hubieran abusado de ella, la expulsaban del clan.
En verdad las violaciones no eran actos considerados delitos como tal. No se consideraba delito el acto de agresión hacia la mujer, el delito era la falta moral de codiciar la posesión de otro (otro hombre por supuesto). El que recibía las compensaciones era el marido o el padre agraviado. Es algo que sigue pasando, las violaciones todavía son consideradas un crimen contra la moral, en lugar de un crimen violento. Según un inquietante análisis de legislación mundial sobre violencia sexual, en muchos países los violadores pueden eludir el castigo si se casan con sus víctimas o si llegan a un acuerdo con ellas.
La violación se castigaba con pena capital a partir de 1285 en Inglaterra pero el jurado nunca quería aplicar el castigo porque se creía que las mujeres eran seductoras que querían o merecían ser violadas. (¿No seguimos escuchando esto ahora?)
Algo que ya formaba parte de la cultura tradicional de violación que las leyes permitían era el famoso “derecho de pernada” que aunque no fuera algo tan habitual como nos contaron ahí estaba. Era un derecho concedido al señor feudal que le otorgaba poder disfrutar de la primera noche con la novia en las bodas. Lo que venía siendo una tradición mística en la que se creía que la sangre del desfloramiento (como detesto esta palabra) tenía propiedades mágicas pasó a ser un derecho de la clase noble para humillar al pueblo. El miedo de que los vasallos se alzaran hacía este derecho poco “gozoso”. En muchos sitios se crearon unos impuestos para que el acto tradicional no se llevara a cabo. Sin que sirva de precedente diré que aquí hubo que darle las gracias a la Iglesia ya que hasta entonces sólo eran eclesiásticos los matrimonios de altas casas y al pasar a serlo todos, las uniones eran sagradas y no se podían mancillar. Otra vez más el daño era a la moral y no al acto contra la mujer.
Fernando El Católico firmó la anulación de ese derecho que muchos se empeñan en que no existía :
«ni tampoco puedan [los señores] la primera noche quel payés prende mujer dormir con ella o en señal de senyoria»
Se usa habitualmente la expresión "derecho de pernada" para designar diversas prácticas históricas de abuso sexual, mantenidas al amparo de la tradición y las relaciones sociales asimétricas entre patrones y clases trabajadoras. Estas prácticas estaban antiguamente arraigadas y eran normalmente toleradas y a día de hoy se dan mientras todo el mundo mira hacia otro lado, véase las violaciones sistemáticas en los invernaderos de Huelva.
El tema de los rituales de desfloración es aberrante. Son violaciones respaldadas y aceptadas por la cultura, con estructura de poder y en muchos casos grupal.
Volviendo a miles de años atrás, cuando una niña alcanzaba la edad fértil era llevada al bosque donde el cabeza de la tribu se vestía con pieles y cuernos violándola en post de la tradición.
Una tradición más reciente o al menos vigente es que cuando una niña se casa, su marido subasta su virginidad en la noche de bodas. El tan afortunado ganador puede violarla con el marido esperando en la puerta.
Pero no siempre era codiciada la virginidad. En muchos países era visto como algo demoniaco por el que la mujer tenía poderes y había que arrebatarsela. cuando venía un forastero se le ofrecía las virgenes que hubiera (en edad fertil) para que otorgara el equilibrio a la aldea.
La historia está llena de nobles caballeros, muy tiernos con sus “damiselas”, pero que violaban a las mujeres del pueblo encontradas por azar en los caminos. Incluso el más cortés de los caballeros se dedicaba alegremente a la caza de vírgenes, sin que nadie se indignara por ello. El mundo estaba lleno de buenos hombres, queridos por su entorno, buena gente que violaba brutalmente a mujeres y niñas.
En Estados Unidos, la palabra "violador" no se utilizó hasta finales del siglo 19, en un caso de linchamiento. El diccionario de inglés Oxford subraya que el primer uso fue en referencia a un "violador negro".
"Los hombres poderosos tenían la libertad de violar las veces que quisieran sin sufrir represalias. El poder social se traduce en poder sexual "Sharon Block
La violación de una mujer o niña a manos de su esposo es legal en 10 de las 82 jurisdicciones de 73 países miembros de la ONU.
Otro descubrimiento clave es que las penas impuestas por pagar por prostitución infantil pueden ser significativamente menores que las penas por otras formas de violación infantil. En Indonesia, por ejemplo, la pena por violación es de hasta 15 años de cárcel, pero pagar por tener relaciones sexuales con una menor de edad se castiga con sólo hasta 5 años.
Este tipo de legislación “falla en reconocer que el consentimiento es imposible en situaciones de dependencia o vulnerabilidad extrema", afirma el informe de IgualdadYa.
El informe remarca leyes o prácticas que restringen la investigación de la violencia sexual y que exigen corroboración a cargo de testigos y otras “pruebas demasiado complejas” en países como España, Luxemburgo y Marruecos. Este tipo de leyes permiten a los jueces reducir penas o aceptar pruebas que ponen en juego estereotipos en torno al comportamiento de las víctimas.
Dejemos de justificar las violaciones y a los violadores. Dejemos de ver cutura y tradición donde es violación. Dejemos de culparla a ella por el largo de su falda, por su estado de embriaguez, por provocar… La justicia necesita un cambio, necesita no ser clasista, no ser patriarcal y no ser racista. Lo es, el sistema no funciona.
En Colombia una niña de 7 años fue secuestrada en la puerta de su casa por un arquitecto de 38 años. Fue torturada, violada y brutalmente asesinada. La presión social evitó que él fuera absuelto por su poder económico.
Noura Husein, de 19 años, ha sido condenada en Sudán a la pena de muerte por asesinar a su esposo. Esposo que violaba a Noura a diario hasta que un día consiguió zafrarse, llegar a la cocina y acuchillar al violador. Durante el juicio, en julio de 2017, el tribunal la declaró culpable de "homicidio voluntario" tras haber aplicado una vieja ley que no reconoce la violación conyugal.
Brock Allen Turner, un nadador con renombre en EEUU se cruzó con una chica universitaria borracha y la violó. Fue condenado a 6 meses porque creían que una condena mayor tendría un “impacto severo” en su vida y según su padre no se podía hundir su carrera por 20 minutos en los que el chico sólo se quería divertir…
Frente a Brock Allen está Cyntoia Brown que con 16 años mató a un hombre y pasará toda su vida en la cárcel. ¿Cuándo falla el sistema? Cuando aceptamos que Brock sólo quería divertirse y obviamos que Cyntoia era una víctima de trata violada, golpeada a diario y cuando se defendió se le condenó a cadena perpetua.
Cyntoia Brown ya venía de una familia en la que la violencia de género era algo habitual. Su abuela fue violada y como fruto de esa violación nació su madre. Esta se quedó embarazada con 16 años y se hizo adicta al crack y al alcohol pasando años en prisión. Cyntoia sufrió de Síndrome de Alcoholismo Fetal, como consecuencia a los 12 años era adicta a un coctel de pastillas psicotrópicas que le daban para la ansiedad y la depresión junto con neurolépticos. Este era su único tratamiento, pastillas. En las evaluaciones psicológicas de la época, los doctores notaron que Cyntoia a menudo se comportaba irracionalmente, sufriendo de cambios de humor salvajes. Tenía poco sentido de autoestima y necesitaba la aprobación de los demás pero el sistema no la protegió, sólo la medicó abusivamente. En séptimo grado fue colocada en un programa de superdotados pero como nadie le daba la ayuda que necesitaba acabó en un colegio alternativo para estudiantes en riesgo después de ser detenida por robo.
Tras una infancia de malos tratos se escapó. Deambuló sobreviviendo hasta que conoció a "Cut Throat" de 24 años que la llevó a su casa y empezó otro infierno cada vez peor, cada vez
más violento, cada vez con menos luz. Cut empezó a violarla mientras la drogaba y decidió ser su proxeneta obligándola a prostituirse para él. Su día a día era ser violada, golpeada, estrangulada… sus heridas no se borrarán jamás. Fue obligada a irse con un cliente, Johnny Allen. Era un adinerado agente inmobiliario pederasta. La llevó a su apartamento y lo primero que hizo fue enseñarle un armario lleno de armas asegurándole que era un retirado francotirador del ejército. Cyntoia fue golpeada con violencia antes de violarla. A Johnny le gustaba dejar claro quien mandaba. El miedo se había apoderado de ella y cuando él se giró en intención de lo que Cyntoia creía para coger un arma ella sacó una de su bolso ( Cut le proporcionaba drogas y un arma para defenderse) y le disparó. Huyó del apartamento robándole la cartera.
Dos años más tarde fue juzgada como adulta y condenada por homicidio premeditado en primer grado, de robo con agravante y prostitución , condenándola a cadena perpétua sin posibilidad de condicional hasta que cumpla los 69 años.
Jeff Burks, el fiscal que logró la condena contra Brown, había advertido previamente que
“Ser joven y agradable no debería exonerarla de responder por lo que hizo.
Para el fiscal nadie debe pagar por lo que le hicieron a ella, los violadores y proxenetas pueden campara sus anchas” .
"Ella no era solo alguien que cometió un error. Era una persona muy peligrosa. Ella tomó sus decisiones. Ella es bonita, inteligente y elocuente por lo que la gente ha decidido apoyar su causa. No olvidemos su crimen"
Ella fue violada infinidad de veces, fue golpeada, fue víctima de trata y al final respondió. Respondió contra un hombre que le gustaba violar niñas. Respondió a un sistema que no funciona. Han pasado más de 10 años y Cyntoia ha ayudado a otras mujeres en la cárcel, ha obtenido un título de la Universidad Lipscomb -que cursó en la misma prisión- y ahora trabaja para conseguir una segunda titulación.
En el juicio se puso en duda su testimonio preguntando porque no se fue del lado de Kut cuando empezó a pegarla y a obligarle a tener relaciones sexuales a punta de pistola . (Recordemos que tenía 16 años…)
"No estás escuchando. Le gané dinero. Él no iba a dejarme ir a ninguna parte. Me dijo que me mataría. Él sabe dónde vive mi madre. Y sé que si un tipo me ahogó hasta casi desmayarme no tiene miedo de matarme ".
"Él me explicaba que algunas personas nacieron como putas, y que yo era una, y que nadie me creería sino a él, y que lo mejor que podía hacer era aprender a ser una buena puta ".
Fue juzgada como adulta pese a tener 16 años cuando ocurrió y presentándose exámenes médicos que mostraron signos de síndrome de alcoholismo fetal, retraso en el desarrollo y problemas de pensamiento, habla, movimiento y habilidades sociales, así como también falta de juicio y dificultad para controlar los impulsos.
Su caso ha ayudado a cambiar leyes como la definición de “víctimas de trata y tráfico sexual”para las adolescentes que ejercen la prostitución, algo que hubiera cambiado el resultado del juicio. Además, una propuesta de ley de 2015 pedía revisar las cadenas perpetuas para los adolescentes de 15 años cumplidos. El alto tribunal prohibió la cadena perpetua sin beneficio de libertad condicional para los menores, estableciendo que era inconstitucional. Si Brown hubiera sido sentenciada bajo esas reglas, habría podido obtener una revisión de sentencia a los 31 años. Pero ella “sólo” ha sido la precursora de estas modificaciones y no se puede beneficiar. Medio EEUU está volcado bajo el hashtag #FreeCyntoiaBrown para la revisión de su caso y su liberación.
El sistema falló y la víctima se vió obligada a responder. Si no hacemos algo, si no cambiamos las leyes para asegurar protección a la víctima, si no hacemos la justicia más humana las respuestas serán cada vez más cargadas de odio, dolor y venganza. Venganza como la que hizo un padre desesperado en Nueva Delhi que torturó hasta la muerte al violador de su hija de 14 años a la que dejó embarazada;
"Quemé sus genitales una vez, el gritó. Lo hice otra vez, él se estremeció. Cuando lo hice por tercera vez... él no se movió. Estaba muerto... no quería matarlo"
O nuestra María del Carmen García, la mujer que quemó vivo al violador de su hija en 2005 en Benejúzar. Porque seamos realistas. ¿Cuántas veces hemos dicho eso de "que me lo dejen a mi" o "que se lo dejen a su familia"? Nunca hablamos de impunidad ante un asesinato, hablamos de que se tengan en cuenta los porqués y que el sistema ha de proteger antes y no ejecutar después.
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